Dylan Thomas -The conversation of prayers- |
viernes, 11 de julio de 2003 |
The conversation of prayer Dylan Thomas (1914-1953)
The conversation of prayers about to be said By the child going to bed and the man on the stairs Who climbs to his dying love in her high room, The one not caring to whom in his sleep he will move And the other full of tears that she will be dead,
Turns in the dark on the sound they know will arise Into the answering skies from the green ground, From the man on the stairs and the child by his bed. The sound about to be said in the two prayers For the sleep in a safe land and the love who dies
Will be the same grief flying. Whom shall they calm? Shall the child sleep unharmed or the man be crying? The conversation of prayers about to be said Turns on the quick and the dead, and the man on the stairs To-night shall find no dying but alive and warm
In the fire of his care his love in the high room. And the child not caring to whom he climbs his prayer Shall drown in a grief as deep as his true grave, And mark the dark eyed wave, through the eyes of sleep, Dragging him up the stairs to one who lies dead.
La conversación de los rezos
La conversación de los rezos que está por pronunciar el niño que se acuesta y el hombre en la escalera que trepa al cuarto alto donde muere su amante, sin que al niño le importe a quien verá en sus sueños mientras el hombre llora, temiendo hallarla muerta,
se enciende entre las sombras el sonido que se habrá de elevar, ellos lo saben, hacia los cielos que responden desde los suelos verdes desde el niño en su cama y el hombre en la escalera. Ese sonido a punto de decirse en las dos oraciones por el sueño en una tierra a salvo y el amor que agoniza
serán la misma pena que se eleva. ¿A quién aliviarán? ¿Dormirá el niño ileso o ha de llorar el hombre? La conversación de los rezos a punto de decirse cambia a los vivos y a los muertos y el hombre en la escalera no encontrará esta noche a su amor agonizando en el cuarto de arriba
sino viva y caliente gracias al fuego de su cuidado. Y el niño, sin cuidar a quien llega su oración, se ahogará en una pena tan honda como su tumba cierta, y advertirá esa onda de sombríos ojos, a través de los ojos del sueño, que lo arrastra hacia arriba, hacia alguien que ha muerto.
Versión de Elizabeth Azcona CranwellEtiquetas: Dylan Thomas |
posted by Torre @ 12:22 |
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