5. The Man in the moon came down too soon John Ronald Reuel Tolkien (1892-1973)
There is an inn, a merry old inn beneath an old grey hill, And there they brew a beer so brown That the Man in the Moon himself came down one night to drink his fill.
The ostler has a tipsy cat that plays a five-stringed fiddle; And up and down he saws his bow Now squeaking high, now purring low, now sawing in the middle.
The landlord keeps a little dog that is mighty fond of jokes; When there’s good cheer among the guests, He cocks an ear at all the jests and laughs until he chokes.
They also keep a horn-ed cow as proud as any queen; But music turns her head like ale, And makes her wave her tufted tail and dance upon the green.
And O! the rows of silver dishes and the store of silver spoons! For Sunday there’s a special pair, And these they polish up with care on Saturday afternoons.
The Man in the Moon was drinking deep, and the cat began to wail; A dish and a spoon on the table danced, The cow in the garden madly pranced and the little dog chased his tail.
The Man in the Moon took another mug, and then rolled beneath his chair; And there he dozed and dreamed of ale, Till in the sky the stars were pale, and dawn was in the air.
Then the ostler said to his tipsy cat: ’The white horses of the Moon, They neigh and champ their silver bits; But their master’s been and drowned his wits, and the Sun’ll be rising soon!’
So the cat on the fiddle played hey-diddle-diddle, a jig that would wake the dead: He squeaked and sawed and quickened the tune, While the landlord shook the Man in the Moon: ’It’s after three!’ he said.
They rolled the Man slowly up the hill and bundled him into the Moon, While his horses galloped up in rear, And the cow came capering like a deer, and a dish ran up with the spoon.
Now quicker the fiddle went deedle-dum-diddle; the dog began to roar, The cow and the horses stood on their heads; The guests all bounded from their beds and danced upon the floor.
With a ping and a pang the fiddle-strings broke! the cow jumped over the Moon, And the little dog laughed to see such fun, And the Saturday dish went off at a run with the silver Sunday spoon.
The round Moon rolled behind the hill, as the Sun raised up her head. She hardly believed her fiery eyes; For though it was day, to her surprise they all went back to bed!
5. El Hombre de la luna se quedó hasta muy tarde
Hay una posada, una vieja y alegre posada Al pie de una vieja colina gris, Y allí preparan una cerveza tan oscura Que el Hombre de la Luna bajó A beberla una noche.
El palafrenero tiene un gato borracho Que toca un violín de cinco cuerdas; Y mueve el arco arriba y abajo, Arriba chirriando, abajo ronroneando Y serruchando en el medio.
El posadero tiene un perrito Que es muy aficionado a las bromas; Y cuando hay alegría entre los huéspedes, Levanta una oreja a todos los chistes Y se muere de risa.
Ellos tienen también una vaca cornuda Orgullosa como una reina; Pero la música la trastorna como la cerveza, Y mueve la cola empenachada Y baila en la hierba.
¡Y oh, las pilas de fuentes de plata Y el cajón de cucharas de plata! Hay un par especial de domingo, Y a estas las pulen con mucho cuidado Las tardes de los sábados.
El Hombre de la Luna bebía largamente Y el gato se puso a llorar; La fuente y la cuchara bailaban en la mesa, La vaca brincaba locamente en el jardín, Y el perrito se mordía la cola.
El Hombre de la Luna tomó otra copa Y luego rodó bajo la silla, Y allí durmió y soñó con cerveza; Hasta que palidecieron las estrellas, Y el alba estuvo en el aire.
El Palafrenero le dijo al gato ebrio: ”Los caballos blancos de la luna Relinchan y tascan los frenos de plata; Pero el amo ha perdido la cabeza, ¡Y el Sol saldrá pronto!”
Así que el gato tocó en el violín una jiga-jiga Que hubiera despertado a los muertos, Chillando, serruchando y apresurando la tonada, Mientras el posadero sacudía al Hombre de la Luna: ”¡Son las tres pasadas!”, dijo.
Llevaron al Hombre rodando colina arriba Y lo arrojaron de vuelta a la Luna, Mientras sus caballos galopaban de espaldas Y la vaca cabriolaba como un ciervo Y la fuente se iba con la cuchara.
Más rápido el violín tocaba la jiga-jiga; El perro comenzó a rugir, La vaca y los caballos estaban patas arriba; Los huéspedes saltaron de la cama Y bailaron en el piso.
¡Con un pum y un pim estallaron las cuerdas del violín! La vaca saltó por encima de la luna, Y el perrito rió al ver tanta alegría, Y la fuente del sábado se escapó corriendo Con la cuchara del domingo.
La Luna redonda rodó tras la colina, Mientras el Sol levantaba la cabeza. No podía creer a sus ojos de fuego; ¡Porque, aunque era de día, para su sorpresa Todos habían vuelto a la cama!Etiquetas: J.R.R. Tolkien |