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J.R.R. Tolkien -16.The last ship-
viernes, 16 de abril de 2004
16. The last ship
John Ronald Reuel Tolkien (1892-1973)


Firiel looked out at three o'clock:
the grey night was going;
far away a golden cock
clear and shrill was crowing.
The trees were dark, and the dawn pale,
waking birds were cheeping,
a wind moved cool and frail
through dim leaves creeping.
She watched the gleam at window grow,
till the long light was shimmering
on land and leaf; on grass below
grey dew was glimmering.
Over the floor her white feet crept,
down the stair they twinkled,
through the grass they dancing stepped
all with dew besprinkled.
Her gown had jewels upon its hem,
as she ran down to the river,
and leaned upon a willow-stem,
and watched the water quiver.
A kingfisher plunged down like a stone
in a blue flash falling,
bending reeds were softly blown,
lily-leaves were sprawling.
A sudden music to her came,
as she stood there gleaming
with free hair in the morning's flame
on her shoulders streaming.
Flutes there were, and harps were wrung,
and there was sound of singing,
like wind-voices keen and young
and far bells ringing.
A ship with golden beak and oar
and timbers white came gliding;
swans went sailing on before,
her tall prow guiding.
Fair folk out of Elvenland
in silver-grey were rowing,
and three with crowns she saw there stand
with bright hair flowing.
With harp in hand they sang their song
to the slow oars swinging:
'Green is the land, the leaves are long,
and the birds are singing.
Many a day with dawn of gold
this earth will lighten,
many a flower will yet unfold,
ere the cornfields whiten.
'Then whither go ye, boatmen fair,
down the river gliding?
To twilight and to secret lair
in the great forest hiding?
To Northern isles and shores of stone
on strong swans flying,
by cold waves to dwell alone
with the white gulls crying?
''Nay!' they answered. 'Far away
on the last road faring,
leaving western havens grey,
the seas of shadow daring,
we go back to Elvenhome,
where the White Tree is growing,
and the Star shines upon the foam
on the last shore flowing.'
To mortal fields say farewell,
Middle-earth forsaking!
In Elvenhome a clear bell
in the high tower is shaking.
Here grass fades and leaves fall,
and sun and moon wither,
and we have heard the far call
that bids us journey thither',
The oars were stayed. They turned aside:
'Do you hear the call, Earth-maiden?
Firiel! Firiel!' they cried.
'Our ship is not full-laden.
One more only we may bear.
Come! For your days are speeding.
Come! Earth-maiden elven-fair,
our last call heeding.'
Firiel looked from the river-bank,
one step daring;
then deep in clay her feet sank,
and she halted staring.
Slowly the elven-ship went by
whispering through the water:
'I cannot come' they heard her cry.
'I was born Earth's daughter!'
No jewels bright her gown bore,
as she walked back from the meadow
under roof and dark door,
under the house-shadow.
She donned her smock of russet brown,
her long hair braided,
and to her work came stepping down.
Soon the sunlight faded.
Year still after year flows
down the Seven Rivers;
cloud passes, sunlight glows,
reed and willow quivers
at morn and eve, but never more
westward ships have waded
in mortal waters as before,
and their song has faded.


16. El último barco

Fíriel miró afuera cuando el reloj dió las tres:
La noche gris se iba;
En la lejanía un gallo dorado
Cantaba, claro y penetrante.
Eran oscuros los árboles, y pálido el amanecer,
Los pájaros, ya despiertos, piaban,
Soplaba un viento frío y delicado
Que hacía crujir las oscuras ramas.
Ella contempló el resplandor creciente en la ventana,
Hasta que la intensa luz centelleó
En la tierra y en las hojas; abajo, en la hierba
Brillaba el rocío gris.
Sus blancos pies se deslizaron por el suelo,
Bajaron la escalera,
Avanzaron danzando por la hierba
Salpicados de rocío.
Su vestido llevaba joyas en el borde,
Mientras ella corría hacia el río,
Y se inclinaba sobre una raíz de sauce,
Y contemplaba el temblor del agua.
Un Martín Pescador se zambulló como una piedra
Descendiendo en un relámpago azul,
Las cañas dobladas volaron suavemente,
Hojas de lila se desparramaron.
Una música repentina llegó a ella,
Mientras permanecía allí centelleando
Con el cabello suelto en el fuego de la mañana
Flotando en su espalda.
Sonaban arpas allí, y se rasgaban arpas,
Y se oía sonido de canciones,
Voces como viento, sutiles y jóvenes
Y campanas lejanas repicando.
Un buque con pico y remos dorados
Y blancos maderos llegó deslizándose;
Cisnes navegaban ante él,
Guiando su alta proa.
Hermosa gente de Elfinesse
Remaban, vestidos de plata gris,
Y ella vió a tres coronados que allí se erguían
Con los brillantes cabellos flotando al viento.
Con arpas en la mano cantaron su canción
Balanceando lentamente los remos:
"Verde es la tierra, largas las hojas,
Y los pájaros cantan.
Más de un día de dorado amanecer
Iluminará esta tierra,
Más de una flor se desplegará,
Mientras los campos de maíz se vuelven blancos."
"¿a dónde os dirigís, hermosos barqueros,
Deslizándoos río abajo?
¿Al crepúsculo y al secreto cubil
Oculto en el gran bosque?
¿A islas del norte y a orillas de piedra
Con poderosos cisnes volando.
Para morar solitarios junto a las frías olas,
Donde se lamentan las gaviotas?"
"¡No!", contestaron, "Muy lejos
Viajamos por el último camino,
Dejando los Puertos Grises Occidentales,
Haciendo frente a los Mares Sombríos,
Volvemos al Hogar de los Elfos,
Donde crece el Árbol Blanco,
Y la estrella brilla sobre la espuma
Que fluye en la última orilla.
"Decimos adiós a los campos mortales
De la Tierra Media abandonada!
En el Hogar de los Elfos, una clara campana
Se agita en la alta torre.
Aquí la hierba se marchita y caen las hojas,
El sol y la luna se apagan,
Y hemos oído la lejana llamada
Que nos ordena viajar hasta allá."
Los remos se detuvieron. Ellos dieron la vuelta:
"¿Escuchas la llamada, Doncella de la Tierra?
¡Fíriel! ¡Fíriel!" Gritaron.
"Nuestro barco no está al completo,
Sólo a uno más podemos llevar.
¡Ven! Porque tus días pasan veloces.
¡Ven! Doncella de la Tierra, élfica belleza,
Presta atención a nuestra última llamada."
Fíriel miró desde la orilla,
Dio un audaz paso;
Hundió profundamente su pie en el barro,
Y se detuvo mirando fijamente.
Con lentitud el buque élfico se alejaba
Susurrando a través del agua;
"¡No puedo venir!" la oyeron gritar.
"¡Nací hija de la tierra!"
No brillaban joyas en su toga,
Mientras volvía del prado
Bajo el techo y la puerta oscura,
Bajo la sombra de la casa.
Se quitó su blusón marrón rojizo,
Trenzó su largo cabello,
Y volvió a su labor,
Pronto se desvaneció la luz del sol.
Los años aún pasan veloces
En los Siete Ríos;
Pasan las nubes, brilla el sol,
Tiemblan las cañas y los sauces
En la mañana y la tarde, pero nunca más
Los barcos que van al occidente han navegado
En aguas mortales, como antes,
Y su canción se ha apagado.

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posted by Torre @ 14:00  
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