Hobbit -Chapter 1. An unexpected party John Ronald Reuel Tolkien (1892-1973)
Far over the misty mountains cold...
Far over the misty mountains cold To dungeons deep and caverns old We must away ere break of day To seek the pale enchanted gold.
The dwarves of yore made mighty spells, While hammers fell like ringing bells In places deep, where dark things sleep, In hollow halls beneath the fells.
For ancient king and elvish lord There many a gloaming golden hoard They shaped and wrought, and light they caught To hide in gems on hilt of sword.
On silver necklaces they strung The flowering stars, on crowns they hung The dragon-fire, in twisted wire They meshed the light of moon and sun.
Far over the misty mountains cold To dungeons deep and caverns old We must away, ere break of day, To claim our long-forgotten gold.
Goblets they carved there for themselves And harps of gold; where no man delves There lay they long, and many a song Was sung unheard by men or elves.
The pines were roaring on the height, The winds were moaning in the night. The fire was red, it flaming spread; The trees like torches biased with light,
The bells were ringing in the dale And men looked up with faces pale; The dragon's ire more fierce than fire Laid low their towers and houses frail.
The mountain smoked beneath the moon; The dwarves, they heard the tramp of doom. They fled their hall to dying -fall Beneath his feet, beneath the moon.
Far over the misty mountains grim To dungeons deep and caverns dim We must away, ere break of day, To win our harps and gold from him!
Hobbit -Capítulo 1. Una tertulia inesperada-
Más allá de frías montañas, sí...
Más allá de frías montañas, sí, hemos de ir a Erebor a buscar el oro y la plata gris antes del alba antes del sol.
Poderosa era la magia allí de los herreros del rey Thrór, cantaba el martillo un canto sin fin en las cavernas de Erebor.
Para el rey y señor de los Elfos de oro un tesoro se forjó y en las gemas se escondió la luz de Anor, la magia del Sol.
En collares colgaban estrellas y en coronas fuego del dragón, y entretejían en el metal luz de la Luna y joyas sin igual.
Más allá de frías montañas, sí, hemos de ir a Erebor a buscar el oro en el cubil, en la caverna del dragón.
Donde el hombre nunca osó cavar, allí se oía su canción y al arpa de oro acompañar yunques y mazas con su son.
De repente en medio de la noche estalló rugiendo un vendaval, como antorchas los pinos ardían en la noche del día fatal.
Las campanas lloraban en Valle y los hombres lo vieron llegar. Del dragón la ira en las calles, destruía el fuego la ciudad.
La montaña entre una bruma gris fue escenario del final. Los enanos lucharon hasta el fin bajo la luna fantasmal.
Más allá de frías montañas, sí, hemos de ir a Erebor a buscar el oro y la plata gris antes del alba antes del sol.Etiquetas: J.R.R. Tolkien |