The Fellowship of the Ring. Farewell to Lorien John Ronald Reuel Tolkien (1892-1973)
Ai! laurië lantar lassi súrinen, Yéni únótimë ve rámar aldaron! Yéni ve lintë yuldar avánier mi oromardi lisse-miruvóreva Andúnë pella, Vardo tellumar nu luini yassen tintilar i eleni ómaryo airetáti-lírinen. Sí man i yulma nin enquantuva?
An sí Tintallë Varda Oiolossëo ve fanyar máryat Elentári ortanë ar ilyë tier undulávë lumbulë; ar sindanóriello caita mornië i falmalinnar imbë met, ar hísië untúpa Calaciryo míri oialë. Sí vanwa ná, Rómello vanwa, Valimar! Namárië! Nai hiruvalyë Valimar. Nai elyë hiruva. Namárië!
Translation:
Ah! like gold fall the leaves in the wind, long years numberless as the wings of trees! The long years have passed like swift draughts of the sweet mead in lofty halls beyond the West, beneath the blue vaults of Varda wherein the stars tremble in the song of her voice, holy and queenly. Who now shall refill the cup for me?
For now the Kindler, Varda, the Queen of the Stars, from Mount Everwhite has uplifted her hands like clouds, and all paths are drowned deep in shadow; and out of a grey country darkness lies on the foaming waves between us, and mist covers the jewels of Calacirya for ever. Now lost, lost to those from the East is Valimaar!
Farewell! Maybe thou shalt find Valimar. Maybe even thou shalt find it. Farewell!
La Comunidad del Anillo. Adiós a Lórien
«¡Ah, como el oro caen las hojas en el viento! E innumerables como las alas de los árboles son los años. Los años han pasado como sorbos rápidos y dulces de hidromiel blanco en las salas de más allá del Oeste, bajo las bóvedas azules de Varda, donde las estrellas tiemblan cuando oyen el sonido de esa voz, bienaventurada y real. ¿Quién me llenará de nuevo la copa?
Pues ahora la Hechicera, Varda, la Reina de las Estrellas, desde el Monte Siempre Blanco ha alzado las manos como nubes, y todos los caminos se han ahogado en sombras y la oscuridad que ha venido de un país gris se extiende sobre las olas espumosas que nos separan, y la niebla cubre para siempre las joyas de Calacirya. Ahora se ha perdido, ¡perdido para aquellos del Este, Valimar!
¡Adiós! Quizás encuentres a Valimar. Quizá tú lo encuentres. ¡Adiós!»Etiquetas: J.R.R. Tolkien |