Carl Sandburg -In a breath- |
martes, 26 de agosto de 2003 |
In a breath Carl Sandburg (EEUU, 1878-1967)
To the Williamson Brothers
High noon. White sun flashes on the Michigan Avenue asphalt. Drum of hoofs and whirr of motors. Women trapsing along in flimsy clothes catching play of sun-fire to their skin and eyes.
Inside the playhouse are movies from under the sea. From the heat of pavements and the dust of sidewalks, passers-by go in a breath to be witnesses of large cool sponges, large cool fishes, large cool valleys and ridges of coral spread silent in the soak of the ocean floor thousands of years.
A naked swimmer dives. A knife in his right hand shoots a streak at the throat of a shark. The tail of the shark lashes. One swing would kill the swimmer. . . Soon the knife goes into the soft under- neck of the veering fish. . . Its mouthful of teeth, each tooth a dagger itself, set row on row, glistens when the shuddering, yawning cadaver is hauled up by the brothers of the swimmer.
Outside in the street is the murmur and singing of life in the sun--horses, motors, women trapsing along in flimsy clothes, play of sun-fire in their blood.
En un suspiro
A los hermanos Williamson
Mediodía. La blancura del sol destella en el asfalto de la Avenida Michigan. El tambor de los cascos, el zumbar de los motores. Las mujeres de acá para allá con sus vestidos endebles; en sus pieles y en sus ojos juega el fuego del sol.
En el teatro, películas submarinas. Del calor de las aceras y el polvo de las cunetas, los transeúntes entran en un suspiro para atestiguar la existencia de grandes, frescas esponjas, de grandes, frescos peces, de grandes, frescos valles y cordilleras de coral tendidas en silencio, bajo el agua, en el lecho del océano, miles de años.
Se zambulle un buceador desnudo. En su mano derecha, un cuchillo lanza un tajo al vientre de un tiburón. El tiburón larga un coletazo. Un simple coletazo acabaría con el buceador... Pronto, el cuchillo se hunde hasta las cachas en el gañote del pez que vira... Las fauces llenas de dientes, cada diente una daga, hilera tras hilera, brillan cuando el cadáveres tremecido es izado en un bostezo por los hermanos del buceador.
Fuera, en la calle, el murmurar y el canturrear de la vida al sol... caballos, coches, mujeres de acá para allá con sus vestidos endebles; en su sangre juega el fuego del sol.
Versión de Miguel Martínez-LageEtiquetas: Carl Sandburg |
posted by Torre @ 9:16 |
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