Oscar Wilde -Serenade- |
domingo, 13 de abril de 2003 |
Serenade Oscar Wilde (Ireland, 1854 - 1900)
The western wind is blowing fair Across the dark Ægean sea, And at the secret marble stair My Tyrian galley waits for thee. Come down! the purple sail is spread, The watchman sleeps within the town, O leave thy lily-flowered bed, O Lady mine come down, come down!
She will not come, I know her well, Of lover’s vows she hath no care, And little good a man can tell Of one so cruel and so fair. True love is but a woman’s toy, They never know the lover’s pain, And I who loved as loves a boy Must love in vain, must love in vain.
O noble pilot tell me true Is that the sheen of golden hair? Or is it but the tangled dew That binds the passion-flowers there? Good sailor come and tell me now Is that my Lady’s lily hand? Or is it but the gleaming prow, Or is it but the silver sand?
No! no! ’tis not the tangled dew, ’Tis not the silver-fretted sand, It is my own dear Lady true With golden hair and lily hand! O noble pilot steer for Troy, Good sailor ply the labouring oar, This is the Queen of life and joy Whom we must bear from Grecian shore!
The waning sky grows faint and blue, It wants an hour still of day, Aboard! aboard! my gallant crew, O Lady mine away! away! O noble pilot steer for Troy, Good sailor ply the labouring oar, O loved as only loves a boy! O loved for ever evermore! Serenata
El viento de occidente sopla con furia sobre el sombrío mar Egeo y al pie de la escalinata secreta de mármol mi galera tiria te espera. Baja: la vela de púrpura está desplegada. El vigilante duerme en la ciudad. ¡Oh mi dama, deja tu lecho bordado de flores de lis y baja, baja!
No vendrá, la conozco bien; no se preocupa lo más mínimo de los deseos de su amante y ningún hombre podría hablar bien de una criatura tan cruel y tan bella. El verdadero amor no es más que un juguete de mujer; no han conocido ellas nunca el dolor de un amante, y yo, que amaba todo lo que puede amar un joven, tengo que amar en vano, en vano.
¡Oh noble piloto, dime la verdad! ¿Éste es el brillo de una cabellera dorada o es tan sólo el encaje del rocío sobre estas pasionarias? Buen marinero, ven y dime ahora: ¿Es ésta la mano de mi dama? ¿O es tan sólo el reflejo de la proa, o la arena plateada?
No, no, no es el encaje del rocío, ni es la arena bordeada de plata; es, efectivamente, mi amada dama, con su cabellera de oro y su mano de lirio. ¡Oh noble piloto, gobierna hacia Troya! Buen marinero, mueve el pesado remo. Que es la reina de la vida y de la alegría la que tenemos que conducir a la costa griega.
El cielo descolorido toma un tinte vagamente azul; una hora más y será de día. ¡A bordo! ¡A bordo, valerosa tripulación mía! ¡Oh mi dama, huyamos!, ¡huyamos! ¡Oh noble piloto, pon la proa hacia Troya! Buen marinero, mueve con bríos el pesado remo. ¡Oh tú, a quien amo como sólo ama un joven; oh tú, a quien amaré con un amor eterno!
Versión de Julio Gómez de la Serna y E. P. GarduñoEtiquetas: Oscar Wilde |
posted by Torre @ 20:16 |
|
|